Cuando afirmamos que la comunicación es algo que los seres humanos establecemos por una necesidad primaria, de identificación y relación para con el otro individuo, además de que de esta manera podemos trascender e influir en otras personas, lo cual es la intención real de dicho proceso tenemos que la comunicación debe estar reglamentada para poder alcanzar su objetivo.

La comunicación es una herramienta básica para lo que hoy conocemos como sociedad, gracias a la cual podemos establecer códigos de comportamiento dentro de estas sociedades, uno de estos múltiples códigos son los códigos éticos, que no son otra cosa que las reglas que se establecen para ser reconocidos como personas morales, buenas o malas entendiendo que lo malo es lo indeseable, esto claro dentro de lo social.

Las cuestiones éticas son importantes de analizar en cualquier disciplina, pero en el caso de la comunicación, y de la ciencia que la estudia, es de trascendencia elemental ya que no solo fija los principios en los cuales se debe de establecer el proceso de comunicar, ya que al comunicarse el hombre esta enfrentándose a la vida social, y es el frente a un grupo social, por lo tanto el uso que se haga sobre el conocimiento de lo que se debe de hacer y lo que no, es fundamental.


La invención de la mentira llega a cambiar la intención de lo que en un principio era comunicar, ya que al ser deshonesto ya no estabas informando estabas desinformando y omitiendo, así que el sentido de la comunicación dejo de ser transmitir información, ahora era influir y repercutir en las acciones de los demás, y esto es posible a través de las palabras y de la manera de decirlas.

Pero cuando una mentira es buena o mala, cuando el disfrazar la información relevante es malo o bueno, para eso entra la ética y sus normas.