jueves, junio 08, 2006

SIN NOMBRE (parte uno)

Hacia un calor de 40 grados, vanesa reposaba en la hamaca que tenia colgada en el bacón, un pequeño y exótico lujo en el centro de la ciudad, el ventilador hacia lo posible por refrescar el ambiente mientras ella se balanceaba suavemente jugando con el humo que producían las varas de incienso que ardían.

Las 4 de la tarde de un martes, todo el mundo trabaja menos Vanesa, 24 años y un golpe de suerte de su padre le permitía vivir sin la preocupación laboral, después de la universidad se había aislado del mundo social, en un rato de ocio había planeado lo que seria su funeral, planeaba que fuera espectacular con cientos de rosas blancas, todos los periódicos publicarían la noticia en una plana completa con una foto de féretro en el centro del salón, rodeado de rosas blancas y cirios, había hecho los arreglos pertinentes para que eso sucediera, con su abogado, no planeaba el suicidio, pero los techos se caen y hay que estar preparados para cualquier accidente.

La única compañera de Vanesa era una coneja, que sacaba a pesar al parque que estaba frente a su departamento, ese era el momento en el que usaba los mejores diseños que poseía, zapatos altos, maquillaje, lentes de diseñador, y un cigarro eran su atuendo, que combinaba con un rostro serio, necesitaba mostrar seriedad para que los niños no se acercaran a Camila, su coneja, mientras caminaba por el parque, varias veces algún caballero intrigado por la escena de una chica visiblemente sofisticada paseando un conejo, se acercaba con intención de saber mas de esta chica, pero ella nunca hablaba, ni hacia la mas mínima señal de percatarse de la presencia de alguien más, cada día antes de subir a su departamento alrededor de las 6 de la tarde, compraba una botella de vino en un lugar en la esquina de su edificio, ella odiaba el vino, pero sabia que le daba aun mas misticismo, y con suerte pensarían que era una alcohólica, y con mayor razón se acercarían a ella.

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